¿Escribir sobre accesibilidad?
Por Erick P. Estrada.
Aporte
crítico
Dentro
de estos planteamientos brevemente enunciados y eligiendo, por el pragmatismo
del artículo, una sola arista para reflexionar y tensionar el tema, propongo: La accesibilidad universal vista como una
moda en los desarrollos sociales. Es una hipótesis de trabajo fuerte y sé
que puede llegar a sonar desagradable u ofensiva a algunas personas, pero mi
intención no es esa, sino la de buscar más matices para pensar sin autocensura.
Hablar
de moda, es hablar del riesgo que puede estar afectando a la accesibilidad universal dentro de
nuestra realidad al igual que a muchas otras temáticas vanguardistas, o ¿acaso
eso no sucede con otros frentes de reivindicación social? En los últimos años,
he sido observador de varios de ellos, en diversas ramas del conocimiento,
oficios, estratos sociales y más, y en todos encuentro criticas propositivas,
así como niveles de sectarismos que los relaciono con formas autodefensivas de
sobrevivencia en un sistema social que los ha marginado. La forma de salir de
esa condición marginal es donde recae esta reflexión y la pregunta sería
¿emergen de la marginalidad desde una reivindicación de su base social, o
emerge como moda académica (arquitectura y urbanismo), de desarrollo (porque lo
poseen ciudades “más avanzadas que la nuestra”) o política (demagogia o sin
bases sociales)? Estas preguntas, junto a muchas más, me vienen en este preciso
momento, cuando de una u otra forma, ya hemos conocido una perspectiva
diferente de lo que considerábamos como nuestra única realidad[1].
Antes que llegara la accesibilidad
universal, el pretexto pudo ser el desconocimiento[2]
de ello; una vez lo empezamos a discutir se lo acoge, de tal manera en que
ahora tenemos normativas que tratan el tema técnico, y; actualmente, dentro del
mundo que me rodea, no existe. Ello me hace pensar a la accesibilidad universal como una moda que vivimos en un determinado
momento y es ahí cuando pregunto, ¿qué se necesita para que posea una base
social? Creo que es respeto. Pero no un respeto por alguien que nos dicen que
es vulnerable, es un jerarca o alguien especial, sino respeto por otro ser
humano sin categorías que lo definan. Y ello, percibo, es algo que no poseemos
en nuestra sociedad quiteña arribista, egoísta, masificada y cosificada. Quizá
esta sea la razón por la cual la accesibilidad
universal sea vista como una moda y con ello, una mala copia de un algo
“exitoso” que generalmente viene del exterior.
Estas palabras
que encierran una atmósfera desaliñada y que dejan un sinsabor, no las expongo
como una exhortación autoflagelante, sino como un pensamiento que motive a
cambiar nuestro accionar empezando desde
uno mismo y no juzgando al otro, algo que solemos hacer con mucha facilidad y
sinvergüencería. Para con ello, empezar a construir sociedad, ciudadanía,
apropiación, empoderamiento, es decir, empezar a ser una base social y así
poder desarrollarnos en nuestro propio camino y no seguir siendo colonia del
pensamiento occidental.
[1] Nos globalizamos y con ello, nuestros imaginarios.
[2] No hablo del desconocimiento como un ignorar totalmente la materia, ya
que en varias normas de diseño desde hace décadas han existido varios puntos
que abordan la accesibilidad universal; en su lugar se habla de un
desconocimiento de la conceptualización “accesibilidad universal”.